Si eres un fotógrafo aficionado, estamos seguros de que pondrás todo tu empeño en conseguir las mejores fotos posibles y que, además, buscarás información sobre cómo mejorarlas (como nuestros tutoriales ;-). Pero a veces el empeño no es suficiente cuando hemos adquirido algunos malos hábitos que, sin darnos cuenta, afectan negativamente al resultado de nuestras fotografías. Hoy te señalaremos tres muy comunes para que trates de evitarlos de una vez por todas y des un giro radical a tu vida fotográfica :-).
1. Hacer fotos siempre en la misma postura: de pie. Seguramente sea lo más común y lo más habitual pero, a veces, es también lo más limitante. Agacharte, sentarte y hasta tumbarte en el suelo te dará una visión muy distinta de los objetos que quieres fotografiar, nuevas perspectivas y ángulos que pueden mejorar muchísimo tu foto otorgándole una visión totalmente original.
Antes de disparar mira a tu alrededor, hacia arriba o hacia abajo, y encuentra la mejor oportunidad de ver con otros ojos que no están necesariamente a tu altura.
Este consejo funciona también para los retratos, prueba a no ponerte a la altura del sujeto, te permitirá focalizar la atención en una parte de su cuerpo diferente y obtener una fotografía más rica y original.
2. Aprender de lo que estamos fotografiando y entenderlo. Si hacemos fotografía industrial, por ejemplo, nos ayudará saber cómo funciona el objeto de nuestras tomas para ver qué partes son fundamentales. En tendencias, conocer los detalles de aquellos objetos más destacados o novedosos nos ayudará a focalizarnos en lo importante.
Esto funciona muy bien en la fotografía de viajes. Es mucho más sencillo conseguir buenos resultados cuando conocemos los pormenores de la cultura del lugar que visitamos, sus costumbres y su historia. Por supuesto, también su lenguaje puede ser muy útil para comunicarnos con la población local.
Si conectamos con la gente, con un extraño en este caso (ya que es fácil hacerlo con alguien conocido), las fotografías serán más ricas y agradables. El lenguaje gestual como la sonrisa, la asertividad y, por supuesto, la amabilidad son buenos comodines. Cuando queremos retratar a alguien podemos mantener antes contacto con esa persona y enseñarle las imágenes que tomamos. Esto puede dar lugar a otras entre las que encontraremos más creatividad o visiones novedosas de la misma toma.
3. Usar el modo manual. Es la mejor forma de controlar el proceso fotográfico. Si necesitamos hacer fotos rápidas y no contamos con margen de maniobra, podemos ayudarnos de los modos de prioridad de apertura o de velocidad que, no dándonos tanta libertad como el manual, son más creativos que el automático.
Ahora solo queda corregir los pequeños errores que comentemos y salir a hacer fotos. Esperamos que os haya resultado útil este artículo.
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