Narices coloradas, un catarro infernal y
pañuelos repletos de mocos. El invierno es culpable de que muchas familias no puedan salir de casa para hacer muñecos de nieve o tirarse bolas y tengan que quedarse
intramuros. Siendo así, no queda otra que pasar mucho tiempo en
casa, por lo que Adrian C. Murray ha optado por aprovechar estos momentos para tomar fotos de la vida familiar.

Son fotos que capturan la vida en
familia y la rutina de una casa con dos niños
repletos de energía que no paran de moverse y de jugar. Este padre fotógrafo congela momentos únicos de su familia, convirtiendo momentos del día a día que a través del
objetivo pasan a convertirse en biográficos y únicos.
No faltan los minutos de juegos, las
lecturas en familia, los momentos de tranquilidad junto a la
mascota de la familia.Si hay algo que nos fascina, y mucho, de estas fotos es la
luz de la que disponen, una especie de
halo mágico que da una candidez y una suavidad a las imágenes que las hace todavía más tiernas.
