25/07/2023

Tipos de iluminación

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La luz no solo es la base de la fotografía, sino que también es una parte fundamental para que las imágenes que realizamos funcionen. Una buena iluminación hace que tengamos hecho al menos el 25% del trabajo que ya es decir. Vamos a comenzar repasando unos conceptos básicos.

Luz directa es aquella que ilumina sin intermediarios aquello que estamos fotografiando. La luz reflejada es aquella que rebota en otro objeto antes de incidir. En ambos casos la fuente puede ser artificial o natural, es decir, puede provenir de un elemento tipo flash-foco o de la luz solar.

¿Qué tipo de iluminación es más adecuada para cada situación? ¿Cómo podemos elegir? Vamos a explicaros que características implícitas en significado entrañan cada tipo de iluminación.

La luz directa, que proviene de un flash o luz continua, tiende a aplanar superficies y resalta los colores haciéndolos más vibrantes. Es una luz adecuada por tanto si buscamos resaltarlos. Funciona muy bien para fotografiar por ejemplo, edificios, aunque es menos recomendable, para cosas como los retratos ya que este tipo de luz puede incomodar a la persona fotografiada.

A nivel semiótico, la luz directa evoca modernidad y dureza. Nos permite un enfoque y una definición óptimas, resaltando así mismo todas las imperfecciones que encontremos en el objeto fotografiado, por lo que hay que tener esto en cuenta para su posible arreglo en postproducción.

En esta luz también, predominan las sombras y los altos contrastes. El tamaño de la fuente emisora y la cercanía a la que se encuentren determinaran la dureza de la iluminación.

La luz reflejada suaviza las formas, destaca las texturas y les da volumen. También apaga los colores desaturando sus tonalidades naturales. Dependiendo del objeto donde esté reflejada puede crear aberraciones cromáticas, por ejemplo, no es lo mismo que la luz esté rebotada en una cartulina blanca o en una dorada, la luz resultante será diferente. El contraste es bajo, las sombras son diluidas debido a que la luz se reparte por toda la superficie.

Debemos tener en cuenta la temperatura del color cuando trabajemos con la luz, tanto si es natural como artificial. El momento del día determinará el tipo de luz y color que obtendremos y debemos recordar siempre que el amanecer predomina la luz fría y al atardecer los colores cálidos.

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