Félix Hernández se acerca el mundo de la misma forma que lo hace un pintor. No se dedica a documentar lo que ya existe, sino a expresar todo aquello que pasa por su cabeza. Lo hace a través de imágenes lúdicas, creando un escenario fantástico y grandioso a través de juguetes en miniatura. Su imaginación no conoce límites y por eso, puede capturar desde un coche en un paisaje desolado cubierto de nieve a una figura del universo Star Wars empuñando su poderoso sable de luz en el desierto.
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