A punto de finalizar la traducción del tercer capítulo del post sobre iluminación de Richard Harris, nos ocupamos del agua. El agua, al igual que la luz tiene un papel muy importante en la fotografía, ya que interactúa con el mundo que la rodea. Entre otras cosas, cambia las superficies que están húmedas y es que, a diferencia de la mayoría de las sustancias naturales, es altamente reflexiva.
El rocío en la hierba, por ejemplo, puede dar lugar a miles de pequeños reflejos cuando recibe la luz del sol, porque cada gota actúa como una lente. La reflexión de la luz pocas veces se produce en la naturaleza, solo ocurre cuando el agua está presente. Al igual que el volumen del aire, el agua puede ser muy atmosférica.
Otro efecto destacado del agua en la luz es que devuelve la luz reflejada al paisaje. Esto ocurre cuando estás cerca del mar, ahí tendrás más luz reflejada a causa de la proximidad del agua. Además, como sabrás, el agua es también la causa de muchos fenómenos atmosféricos, tales como el arcoiris o los anillos de hielo.
Las pequeñas gotas de agua dotan de brillo de la fotografía
El efecto espejo en la calle nos indica que está húmedo
El líquido pegajoso dan a la superficie un fuerte reflejo que acentúan la textura de la piel.
Uso de cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación y ofrecer contenidos y publicidad de interés. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestrapolítica de cookies. Aceptar