Algunas personas son realmente tímidas o descubren su timidez cuando ven una cámara ante sus ojos. Prefieren vivir sus vidas lejos de un objetivo (perfectamente legítimo, por cierto, sobre todo ahora que enseguida las imágenes se comparten en redes sociales o apps capaces de dar la vuelta al mundo en un segundo). Es lo que le ocurre a la novia del fotógrafo Mikaël Theimer, pero su timidez no sido del todo infructuosa.
Marion siempre intentaba esquivar la cámara y Mikaël, en vez de darse por vencido, cambió de idea y decidió documentar el día a día de su chica tomándole fotos en las que no se le ve la cara. El proyecto pronto se convirtió en todo un juego para la pareja y ahora es una especie de rutina.
"Cada vez que veo un momento que me gustaría fotografiar, ella tiene que buscar una manera para ocultar su rostro. Me parece que las imágenes que resultan son mucho más interesantes que los retratos convencionales", declaró el fotógrafo a The Huffington Post.
Marion no solo le da la espalda a la cámaras, sino que usa su pelo, sus guantes, libros o tazas para ocultar su rostro. Son fotos francas y alegres que capturan un momento peculiar de la vida en común. ¡Estamos fascinados con el resultado!
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