Pensamos que no era posible. Miramos y remiramos las fotos y, sí, son reales, no hay ni trampa ni
cartón. El oso que aparece en esta
fotografía, posando alegremente con una familia rusa, es de carne y hueso. Sí, son este tipo de cosas que solo pueden pasar en Rusia y que en el resto del mundo parecen
imposibles.El oso Stepan conquista la cámara y sabe como posar. Se deja llevar por la fotógrafa
Olga Barantseva y juega tranquilamente con su
familia en el bosque. Su "posado" es parte de una
campaña contra la caza que pone de manifiesto la armonía que puede existir entre especies tan diferentes.
Las tomas resultantes de la sesión son fascinantes y
surrealistas, pues muestran el lado más tierno de un animal al que a menudo simplemente consideramos como depredador. Stepan es una excepción: fue rescatado de
cachorro por cazadores y un profesional de circo lo amaestró para convertirlo en un ser
dócil y obediente. Tanto, que Stepan ha actuado en más de 20 películas en Rusia.
Nos fascina observar su grandesa en imágenes tan tranquilas y, cariñosas, en las que se percibe una total
sintonía familiar, como si él fuese un miembro más de ella.