Lo cierto es que no hay técnicas infalibles para hacer buenos
retratos. Depende de muchos factores, tanto técnicos, de ambiente como incluso de la propia persona fotografiada. Pero como en todo siempre hay trucos o ideas que nos pueden ayudar.Jugar con la luz. La luz es un elemento muy importante en una
fotografía y debemos pensar como queremos usarla ¿haremos un contraluz? ¿iluminaremos directamente al/la modelo? ¿usaremos
flash en un sitio oscuro? ¿usaremos flash a pleno día?
Las posibilidades son múltiples, lo mejor es tener la idea en la mente e ir a por ella.
Si nuestro modelo está nervioso, hay un truco muy interesante que usan algunos profesionales, consiste en pedirle que mire al suelo agachando la cabeza, y en un momento determinado, pedir que la levante y nos mire fijamente. Debemos ser rápidos en captar este momento que nos proporcionara un gesto natural y sincero, ya que el modelo bajará la guardia ejecutando la acción que le hemos pedido.
Los
retratos pueden ser espontáneos, robados, posados, con
iluminación de estudio, natural o casera. El ambiente y la actitud de la persona retratada influirán el resultado final. También la relación que tengamos con esta persona: no es lo mismo una amigo, que un familiar, que un desconocido. Nuestro trato hacia el retratado debe variar en función de los resultados que queramos obtener, no es lo mismo querer captar una sonrisa, que un gesto de tensión.
También habrá que tener en cuenta el rostro de la persona: algunos rostros funcionan mejor con luz natural que con flash y viceversa. Normalmente las facciones marcadas resultan más atractivas con
luz natural, y las suaves con
flash, el ojo se irá entrenando a ello y con el tiempo seremos capaces de identificarlo de un vistazo: todo se basa en la práctica.
Si no tenemos demasiado tiempo para hacer un
retrato, lo mejor es tomar la medida de la luz antes de que la persona aparezca, para que no tengamos que preocuparnos de medir la luz delante suya: esto refleja profesionalidad y de paso, aumenta la confianza del retratado en nosotros.
Lo más importante es tener paciencia: con el tiempo iremos desarrollando un
estilo propio. En los
retratos no hay normas sobre lo que es mejor o peor: solo se trata de descubrir nuestro camino.