Un hermoso manto de nubes rueda sobre un océano verde de terciopelo. ¿Puede esta foto ser real? En realidad, lo es y la tomó el fotógrafo Jem Cresswell, que se metió en medio del mar para poder congelar este precioso instante. "Cada verano son increíbles algunas de las tormentas que barren Sydney y esta fue, de lejos, la mejor de este año", dice el fotógrafo.
Un amigo cercano que vive en una localidad costera le contó que un frente se estaba moviendo hacia Sydney. Cresswell acababa de llegar a casa de un estudio de rodaje y rápidamente configuró su cámara para poder tomar fotos bajo el agua. Por la ventana de su casa podía ver que la tormenta se estaba acercando, así que se fue corriendo a la playa de Bronte, nadó unos 200 metros para poder ver más allá de los acantilados de la pequeña bahía y así capturar la tormenta que rugía en la costa.
"El frente era surrealista e intenso. Tenía un objetivo con zoom así que pude jugar con la composición de la tormenta, tirando fotos con un ángulo más amplio así como centrarse en pequeños elementos a mi alrededor", señala el fotógrafo.
"En esta imagen en particular, donde se ve un oleaje en pico, se tomó mientras un ave solitaria se elevaba delante de la nube que traía la tormenta. Tres minutos después de esta captura, había una cantidad increíble de luz, de lluvia intensa y vientos fuertes. Nadé a la costa y regresé a casa sientiéndome mucho más vivo", señala Jem Cresswell en un fantástico relato que hace que nuestra pasión por la fotografía sea todavía mayor.
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