Mirando a lasexpresiones faciales de las modelos y su forma de posar tan natural, es difícil saber lo difícil que fue para ellas participar en la sesión. El fótografo, las modelos, los asistentes, en definitiva, todos los involucrados fueron entrenados para estar bajo el agua y tuvieron que convertirse en expertos submarinistas. Además, hubo que tomar precauciones para garantizar la seguridad de las maniquíes, sobre todo en lo relacionado con la respiración.
Los vestidos fueron donados por un diseñador que estuvo dispuesto a desprenderse de sus creaciones de forma permanente. El equipo con el que contaban era limitado por lo que Wong tuvo que usar la luz natural y una sóla cámara debajo del agua. A pesar de los riesgos y complicaciones, las fotos son exquisitas y son prueba de que todo salió finalmente a la perfección. Son imágenes surrealistas y atractivas que transportan al espectador a un mundo defantasía en la profundidad del mar.
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