Durante los últimos 20 años, el fotógrafo
Michael Kenna ha estado usando una
cámara Hasselblad manual para capturar bellas fotos en blanco y negro de paisajes. Él fotografías sobre todo al amanecer o por la
noche , para capturar la luz natural etérea, y sus exposiciones pueden durar hasta 10 horas . Ademas, él no edita sus imágenes digitalmente, sino que prefiere el proceso del cuarto oscuro tradicional.
Si bien su estilo excepcional se puede ver a través de sus fotografías conmovedoras de lagos, montañas y ciudades, el amor de Kenna y su dedicación a la
fotografía es más que evidente en su serie Kussharo Lake Tree. Desde 2002 hasta 2009, el fotógrafo inglés tomó fotos de un mismo árbol en Japón , buscando la
belleza en su forma inusual pero elegante.
Esta es la historia detrás del árbol en las propias palabras de Kenna . Es el
acompañamiento perfecto para sus fotos.
" En el invierno de 2002 , me alegré enormemente de tener un encuentro casual con un roble japonés glorioso en las orillas del Lago Kussharo, Hokkaido (Japón). Esa mañana en particular, hacía mucho frío y la nieve caía de forma implacable. El lago estaba completamente congelado y blanco. Recuerdo el
silencio sordo del lugar, sólo roto por el ruido de los cisnes que se deslizaban sobre el hielo", señala.
" He fotografiado muchos
árboles, pero éste tenía un
carácter especial igual que un bonsai de gran tamaño. Era un árbol elegante y gráficamente potente. Había algo esencialmente japonés en su forma , algo así como un grabado en madera. A partir de ese primer encuentro, volví a hacer retratos fotográficos del árbol cada vez que podía . Entre una visita y otra, las ramas se quebraron y desaparecieron. Empecé a considerarlo como un
amigo y me alegraba cada vez que nos encontrábamos", recuerda Micahel Kenna.
En agosto de 2009, cortaron el árbol repentinamente . De la desaparición de la árbol se informó en los periódicos de Hokkaido, de alguna manera se había vuelto muy bien conocido como "
árbol de Kenna ", una denominación que, a pesar de la tristeza que sentía le hizo sonreir.
"No visité el lugar de nuevo hasta febrero de 2013, cuando finalmente hice una
peregrinación de regreso. El paisaje estaba tan congelado como mi primera visita. Por supuesto , el árbol ya no estaba allí . Apenas se percibía un espacio vacío donde había estado mi árbol serenamente durante todos estos años. El tiempo pasa , el cambio se produce , inevitablemente , los amigos van y vienen, y sin embargo , de una manera curiosa , las cosas siguen igual", asegura Kenna con
tristeza contenida. Y es que parece mentira que una foto pueda ser tan importante en nuestra vida, pero lo es.