Durante los dos últimos años, la fotógrafa
Beth Mancuso ha estado tomando
fotos de sus tres hijos junto son sus
gatos. Sus retratos, tan sinceros, ofrecen una perfecta visión de la estrecha relación que mantienen los niños con sus mascotas, que crecen juntos como una
familia.
"Cada niño comparte una relación diferente con los
gatos", dice Mancuso. "Mi hijo mayor es, de lejos, el que más obsesionado está con los gatos. Trata de pasarlos de contrabando por las noches a su
habitación", confiesa.
Las fotografías demuestran que tanto los gatos como los niños gozan de un muy buen
carácter. Son pacientes con los niños, que los ponen a prueba constantemente. Estas fotos, a priori, sin gran trascendencia nos sirven para darnos cuenta de la
importancia de los pequeños momentos y de tomar fotos de la infancia de nuestros peques que les gustará
recordar cuando sean mayores.