La alegría se esconde tras unas copas de vino... Ésta podría ser la conclusión del experimento fotográfico del brasileño
Marcos Alberti, dicho ésto con toda la prudencia del mundo y llamando siempre a un consumo de alcohol responsable. Para muestra de lo que decimos, un botón. El artista
reunió individualmente a su grupo de amigos y los fue fotografiando secuencialmente tras tomarse una, dos y tres copas. El incremento de la felicidad en sus expresiones es directamente proporcial al aumento de alcohol en su sangre. Podéis comprobarlo vosotros mismos:
Fuente: Marcos Alberti
De la seriedad sin copas, pasando por una sonrisa cada vez más grande, hasta una risa desatada y una expresión de cierta locura.
Fuente: Marcos Alberti
En estas fotografías vemos como un hombre aparentemente serio y tímido se transforma, tras tres copas, en alguien divertido.
Fuente: Marcos Alberti
De una pose misteriosa a otra completamente deshinibida. En el medio, tres copas de vino.
Fuente: Marcos Alberti
Lo que con una copa parece algo divertido, con tres lo hace llorar de la risa.
Fuente: Marcos Alberti
Estas imágenes nos muestran también que a medida que sumamos copas de vino las caras se van también desencajando.
Fuente: Marcos Alberti
Varios cambios: aumenta el alcohol en sangre, crece la sonrisa, cambia el peinado.
Fuente: Marcos Alberti
No en todos los sujetos los cambios son tan perceptibles. E algunos casos hay que fijarse mucho para ver una leve sonrisilla.
Fuente: Marcos Alberti
Con este
Wine proyect, Alberti, además de pasar un buen rato tomándose una copa con sus amigos ha conseguido un buen grado de notoriedad para su proyecto gracias a la viralidad de las imágenes que ha subido a Internet.