Siguiendo nuestra serie de polémicos debates alrededor de la fotografía, iniciada con el debate de si es preciso pedir permiso o no para hacer fotografías, seguimos con otro tema en auge que ha sido siempre objeto de reflexión y discusión entre los fotógrafos más puristas y los más partidarios de la incorporación de toda clase de avances y nuevas técnicas digitales a la fotografía, el retoque digital.
El debate que planteamos hoy es: ¿editar una fotografía en post-producción supone algún tipo de engaño?.
Sí, la edición fotográfica supone un engaño, argumentos a favor:
- Una fotografía que ha sido editada no es una representación real de lo que hemos fotografiado en un primer momento.
- Cuando quitamos, por ejemplo, algún elemento de la escena estamos creando un nuevo escenario, diferente del que fotografiamos.
- Los cambios de saturación, luminosidad, contraste o sombras suponen también una manipulación de la realidad fotografiada, ya que la imagen final no va a reflejar lo que nosotros captamos, con unas condiciones de luz determinadas, en un momento del día apropiado, decisiones que previamente tomamos por un motivo y que ahora estamos cambiando, transformado su esencia.
No, la edición fotográfica no supone un engaño, argumentos a favor:
- Incluso las cámaras más avanzadas no son capaces de capturar imágenes tal y como las ve el ojo humano, son lo que podemos utilizar la postproducción para hacerlas más reales.
- Cualquier cambio que se hace durante la edición de una fotografía pretende mejorar lo que ha sido capturado en un momento inicial.
- El fotógrafo, en definitiva, está haciendo arte, transmitiendo su visión de una realidad, algo que puede enriquecer mediante la posproducción.
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